viernes, 6 de agosto de 2010

EL SUELO 1.1 INTRODUCCION


La capa superior de la corteza terrestre, que habitualmente se conoce como suelo, está constituida por partículas minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos. En ella reside la mayor parte de la biosfera. Su formación es un proceso extremadamente lento, con lo que puede considerarse como un recurso no renovable. En él se desarrollan las actividades humanas, juega un papel central como hábitat y patrimonio genético, almacena, filtra y transforma muchas sustancias, constituyendo el mayor “almacén” de carbono del planeta.
INTRODUCCIÓN:
La formación del suelo tiene lugar como consecuencia de la actuación de estos cinco factores formadores, y en ella desde el punto de vista didáctico se pueden distinguir dos etapas: la etapa inicial que representa la diferenciación de los constituyentes del suelo y una etapa final en la que los constituyentes se reorganizan y evolucionan para formar el suelo.
La etapa inicial. comienza, lógicamente, con la fragmentación de las rocas originales y también de los restos de los organismos que poco a poco han ido colonizando el material.
La desagregación del material facilitará la circulación del aire y del agua, y también favorecerá la actividad biótica, todo lo cual conducirá a la subsiguiente alteración química del material.
Los minerales de las rocas originales, dependiendo de la estabilidad, se alteran en mayor o menor medida, apareciendo en el suelo más o menos transformados. Los iones liberados en la alteración mineral pasarán a la solución del suelo formando geles o se recombinarán para dar lugar a nuevos minerales.
Por otra parte, los vegetales y animales sufren al morir unas intensas transformaciones químicas, desarrollándose un nuevo material orgánico que evoluciona para alcanzar un equilibrio en las condiciones edáficas, llamado humus. Durante estos procesos de transformación del material orgánico se desprenderán compuestos sencillos que irán a engrosar la solución del suelo y también se pueden desprender como consecuencia de estas reacciones determinados gases, además de agua, pero el agua y los gases del suelo proceden fundamentalmente de la atmósfera.

Etapa final. Todos los constituyentes formados o liberados en la etapa inicial (minerales, humus, geles, gases, agua y soluciones) sufren una serie de procesos de mezcla y diferenciaciones que si evolucionan in situ conducen a la formación del suelo, mientras que si son arrastrados a otros lugares, dan lugar a los sedimentos (los cuales pueden sufrir posteriormente nuevos procesos de edafización). En la fase final la transformación es tan intensa que el material adquiere una morfología y unas características químicas propias. Las sustancias minerales originales se han transformado física y químicamente, se han reorganizado y unido entre sí y a la fracción orgánica y han formado nuevos agregados estructurales. Las movilizaciones de sustancias adquieren en esta fase un papel predominante.

El suelo puede ser considerado como un sistema disperso en el que se puede diferenciar tres fases:


  • Fase sólida: agregados minerales y orgánicos.
  • Fase líquida: agua de la solución del suelo.
  • Fase gaseosa: atmósfera del suelo contenida en el espacio poroso.


En volumen, la fase sólida ocupa aproximadamente el 50% del total, mientras que las fases gaseosa y líquida se reparten el resto del espacio disponible
Las fases gaseosa y líquida son más variables. La solución del suelo está sometida a cambios debidos a procesos de evaporación, absorción por las raíces, lluvia, riego, etc.
La fase gaseosa sufre fluctuaciones en función de los procesos de difusión de gases y desplazamiento de aire por el suelo. La disposición y acomodación de las partículas de la fase sólida del suelo determina una serie de características físicas del suelo, como:
Estructura.
Porosidad.
Permeabilidad.
Densidad.
La fase sólida del suelo es la fuente de la mayoría de los nutrientes vegetales; es el almacén de agua requerida por las plantas y determina la eficiencia con que el suelo desempeña las funciones que permiten el desarrollo de las plantas.
Los suelos se forman habitualmente a expensas de un material mineral de partida que puede ser una roca o algún otro tipo de material inorgánico acumulado progresivamente por diversos procesos. El origen de este material puede ser de diversos tipos. Las partículas minerales de la fase sólida mineral del suelo proceden de la alteración por meteorización del material litológico original.

Estos procesos de alteración pueden ser de diversos tipos:
Físicos o mecánicos: son procesos que no alteran la composición química del mineral, sino su forma o tamaño. Mediante los procesos físicos, las partículas minerales del material original pasan al suelo con diferentes tamaños, pero con la misma naturaleza química.
Químicos: procesos que alteran la composición química del mineral. Mediante los procesos químicos se originan nuevos minerales, con composición, estructura y propiedades diferentes del material original. Por lo general, la alteración química origina partículas de diámetro inferior a 2 mm (arcillas).


REFERENCIAS


1.      Pinto M.C. Elizondo W.V. Leighton W.L. Guerrero S.O. 2004. Guía de Clases Prácticas / Edafología. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería y Suelos. 75 pp.

2.      Jordan L. A. 2006. Manual de Edafología. Universidad de Sevilla, Departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola. 143 pp.

 

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