Los tiburones y rayas, están
dentro de un gran grupo denominado “pisces”, y pertenecen a la clase
Chondrichthyes –condríctios-, o peces cartilaginosos; su esqueleto es
completamente de cartílago. Datan desde el Devónico medio y aparecen a partir
de los Placodermos. Subclases: Elasmobranchii (Tiburones y Rayas) y
Holocephalii (Quimeras). La mayoría son carnívoros depredadores (por que persiguen
a sus presas) y marinos. Su piel es gruesa y presenta escamas diminutas de tipo
placoides (dentículos dérmicos), tienen dos clases de aletas: pares e impares,
la aleta caudal es de tipo heterocerca (es decir los lóbulos no son iguales),
las aletas pélvicas se encuentran modificadas en los machos en la etapa adulta
reproductiva en gonopterigios, constituyendo órganos copuladores.
El sistema nervioso es un aparato de relación de los diversos órganos
y tejidos puesto al servicio de la conservación de la vida y de la especie. Su
forma, extensión y estructura, han de subordinarse a la organización de los
órganos con los cuales mantiene más estrechas conexiones.
Todos los vertebrados comparten un esquema básico que consiste en un
sistema nervioso central y un sistema nervioso periférico, dónde el sistema
nervioso central está encerrado en el cráneo y la columna vertebral.
ESTRUCTURA
El sistema nervioso muestra un considerable avance organizacional, en
comparación con los ciclóstomos. El prosencéfalo o cerebro anterior está
constituido por los lóbulos olfatorios, que se conectan con un par de
hemisferios cerebrales situados sobre el diencéfalo, el cúal posee dorsalmente
el cuerpo pineal (epífisis cerebral) que actúa como glándula de secreción interna
y ventralmente el hipotálamo (regulación de funciones viscerales) y el
infundíbulo, al que se inserta la hipófisis (cuerpo pituitario). El mesencéfalo
está constituido por dos lóbulos ópticos, el rombencéfalo o cerebro posterior
comprende un gran cerebelo dorsal, situado encima de la médula oblongata de la que
parten diez pares de nervios craneales.
Encéfalo |
Tienen unos ojos y oídos buen desarrollados y presentan una línea lateral
con gran cantidad de células receptoras (ampollas de Lorenzini, relacionadas
con la termo-recepción) situadas en un sistema canalicular, que se abre en
determinadas zonas y que recorre lateralmente el cuerpo del animal. En la
cabeza los tiburones poseen electrorreceptores, con los que pueden percibir
corriente eléctricas generadas por actividad muscular de otros organismos.
EL ENCÉFALO
Se encuentra protegido por el cráneo. Es grande y bien desarrollado,
con una estructura que difiere claramente de los ciclóstomos y los peces óseos:
El telencéfalo, que es grande y posee los hemisferios cerebrales con paredes
engrosadas, tanto ventral, como dorsalmente. Los hemisferios son más anchos en relación de
su longitud, la lámina terminal, situada entre los hemisferios está también muy
engrosada. En el extremo anterior de cada uno de los hemisferios cerebrales se
encuentra un amplio bulbo olfatorio. El techo telencefálico es gruso y contiene
fibras que se cruzan en su parte media. La mayor parte de los hemisferios está
constituida por el suelo y los lados, conociéndose la pared lateral con el
nombre de cuerpo estriado y su arte superior como cuerpo epistriado. La red que
separa a los dos hemisferios es el septo denominado primordio del hipocampo en
su parte superior.
EL DIENCÉFALO
Es una delgada banda de tejido nervioso, en su porción inferior, el
hipotálamo, está bien desarrollado en los elasmobranquios. En su parte
posterior, el hipotálamo, recibe
impulsos olfativos por medio de un tracto que atraviesa el telencéfalo, así
como gustativos, procedentes del bulbo raquídeo. En su parte anterior, el hipotálamo
se encuentra por encima de la hipófisis y contiene el núcleo supraóptico,
contienen gránulos de secreción neurocrina que será liberada en la hipófisis.
El hipotálamo anterior es el centro superior del control visceral y regula, la
respiración, la circulación, etc.
EL MESENCÉFALO
Es bastante grande (como en ciclóstomos y teleósteos), y probablemente
sea el centro dominante del cerebro. Los tractos ópticos terminan en su pared
dorsal (tectum opticum), tras haber se cruzado debajo del diencéfalo, sus
células se encuentran dispuestas en un complejo sistema de capas. Otros centros
sensoriales que envían tractos nerviosos a los lóbulos ópticos son los centros
olfatorios (hemisferios cerebrales), los acústico-laterales, los cerebelosos,
los gustativos, y probablemente, los de la sensibilidad cutánea en general que
se hallan en la médula espinal. Los tractos deferentes se dirigen del tectum a
la base del mesencéfalo y luego se extienden hacia atrás hasta el bulbo y
quizás incluso hasta la medula espinal. Las fibras eferentes del mesencéfalo
tienen la influencia directa de la medula espinal, y la estimulación de ciertos
puntos del tectum provocan diversos movimientos en las aletas.
EL CEREBELO
Es los tiburones es un órgano bastante grande, como en todos los vertebrados
capaces de moverse libremente en el espacio. Las fibras nerviosas que recibe
provienen en su mayoría del oído y del sistema de la línea lateral, cuyas fibras
aferentes entran en el encéfalo a través de los nervios craneales VII, IX y X.
EL BULBO RAQUÍDEO
Es la porción del encéfalo de donde parten la mayoría de los nervios
craneales, especialmente los que regulan la respiración y funciones viscerales.
En los elasmobranquios, a diferencia de los mamíferos, los nervios que salen
del bulbo inervan directamente los músculos respiratorios de las branquias y del
piso de la boca.
MÉDULA ESPINAL
Se trata de un cordón cilíndrico de células nerviosas que se extiende
desde el foramen magnum, donde continúa la medula oblonga, hacia la región
caudal, a través de toda la longitud del conducto neural, encajado en los arcos
neurales de las vértebras. Presenta fisuras longitudinales dorsales y
ventrales, y un estrecho canal central, dando origen a un gran número de
nervios espinales pares, que parten de sendas astas o raíces medulares.
NERVIOS CRANEALES
Sensitivos: I. Olfaotorio, II. Óptico y el VIII. Acústico;
Motores: III. Oculomotor, IV. Troclear y VI. Aductor;
Mixtos: V. trigémino, VII. Facial, IX.
Glosofaríngeo y X. Nervio vago.
SISTEMA AUTÓNOMO
En este grupo, en comparación con ciclóstomos, está mucho mejor
desarrollado; los elementos simpáticos están confinados a la región abdominal,
pero los troncos simpáticos tienen una distribución difusa. Existen fibras
parasimpáticas en los nervios: III, VII, IX y X.
ORGANOS RECEPTORES
Sección transversal de las ampollas de Lorenzini: poro (a),
canal (b), ampolla de células sensoriales (c) y el sistema nervioso (d).
|
Los ojos están bien desarrollados en los tiburones, e indudablemente,
juegan un papel muy importante en la detección de la presa o de los enemigos.
Sin embargo, la retina contiene únicamente células bastón, y la discriminación
visual es seguramente muy pobre.
Vista
dorsal del encéfalo y nervios craneales de Squalus
acanthias.
|
El oído de los tiburones, contiene receptores altamente relacionados
con: el mantenimiento del tono muscular, con la gravedad, aceleraciones
angulares, y quizá con la audición. Su oído consta de tres canales
semicirculares, cada una con una ampolla en su extremo provista de células
receptoras, cuyos cilios están englobados en una capsula gelatinosa, que en conjunto
se comporta como un péndulo sensible al movimiento del fluido endolinfático.
Estos receptores emiten impulsos de manera continua, durante las rotaciones
angulares la frecuencia aumenta o reduce la incidencia en las ampollas por lo
tanto produce la iniciación de movimientos compensadores en ojos y aletas.
Existe un sistema de la línea lateral bien desarrollado. Las porciones
cefálicas de este sistema están muy modificadas para constituir las ampollas de
Lorenzini, que son largos canales llenos de mucus, es decir vesículas
especiales que comunican con el exterior mediante un largo túbulo, que son
particularmente sensibles a los campos eléctricos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS E IMÁGENES
- Presch, W.
Weichert, C. 1981. Elementos de anatomía de cordados. México-España.
McGraw-Hill. Págs.. 383-420.
- Young J. Z. 1980.
La vida de los vertebrados. Tercera edición. Ediciones Omega.
Barcelona, España. Págs. 139-146.
566514
ResponderEliminar01000010 01110101 01100101 01101110 01100001 01101001 01101110 01100110 01101111
Eliminarjaja buenainfo
Eliminarpóngale color a esas imagenes
ResponderEliminargracias!
ResponderEliminar